Recogido y sin permitir juego interior a la Real Sociedad saltó al Reale Arena el Real Betis Balompié, con la necesidad de mejorar la imagen y los resultados recientes.
Buscaron los de Imanol Alguacil de forma decidida el costado izquierdo de Perraud como baza para hacer daño con las diabluras de Takefusa Kubo, y también cargó Manuel Pellegrini esa banda con Abde Ezzalzouli intentando el juego directo a la espalda de Aramburu, para frenar de algún modo que al lateral zurdo del Betis le hicieran dos contra uno.
El empuje de los donostiarras pronto iba a encontrar premio. Las dudas del Betis de Europa ya han traspasado al campeonato nacional, y acostumbra a salir al campo dormido. Un balón sin aparente complicación para Bartra terminó en un pase con fuerza desmedida a Altimira para que éste al intentar jugarla acabara mandando un melón a campo propio.
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La Real Sociedad sacó rápida de banda pillando a Sabaly mal colocado y a Bartra llegando lento al duelo, y el centro tenso de Aihen Muñoz lo introdujo en propia portería Diego Llorente al intentar despejar, ya que Rui Silva no fue capaz de interceptar el envío.
El gol medio despertó al Betis, que probó fortuna en un disparo de Vitor Roque, que se llenó de balón y lo mandó al anfiteatro, y empezó por medio de Giovani Lo Celso, el único que aporta luz, a cargar el área desde la esquina y con jugadas laterales.
Fabricó otra buena acción de ataque Jesús Rodríguez en su primera titularidad en liga, sorteando a Barrenetxea y Aihen, pero su pase terminó en la esquina. A la salida, la tuvo Altimira, pero la mandó a las nubes.
Hernández Maeso, que estaba dejando jugar decidió aparecer en el partido al estar aburriéndose sin nada que pitar en un encuentro disputado. Uno de los contactos que a cámara lenta parecen de cárcel y que en tiempo real son tan nimios como intrascendentes para las acciones lo llevó a señalar los once metros. El extremeño no observó nada de primeras, pero sí su gran amigo Del Cerro Grande, al que tocaba hoy echar una mano. Entre los dos, un penaltito moderno de estos que se pitan en esta mentira actual a la que llaman fútbol y está llena de personas que no han golpeado un balón en su vida. La personalidad de Hernández Maeso, para otro día.
El penalti sentenció a los verdiblancos, que antes de ello ya evidenciaban cero profundidad y malicia, lo que predomina en la tan equilibrada plantilla que pregonan desde la planta noble de la entidad.
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Rui Silva, no contento con el primero en el que no llega y con no acertar como acostumbra desde los once metros, estuvo a punto de liarla y que supusiera el tercero. Tuvo suerte el de Águas Santas de que la posición de Brais fuera escorada y no pasara a mayores.
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